BAJO LA LLUVIA.
La vi venir por todo el centro de la calle,
como diosa que al mal tiempo desafiaba;
era la más linda flor de todo el valle
y el aguacero su cuerpo lo empapaba.
Una visión que me dejó paralizado,
los zapatos en sus manos los llevabas,
sus bellos ojos los tenía semicerrados
y las gotas por sus labios resbalaban.
Como en trance y airosa caminaba,
flemática, tranquila, imperturbable;
la sonrisa su belleza resaltaba
era un cuadro de Da Vinci insuperable.
¡Qué espectáculo el de esa beldad rubia,
en aquella indumentaria transparente!;
frené mi impulso de tenerla allí en la lluvia,
¡no quise yo que se empapara doblemente!
Jesús Núñez León.