Caminaba como siempre distraído,
¡de largo casi paso, yo, sin verla!;
fijé mis ojos, gratamente sorprendido,
¡una dama más hermosa que una perla!
Cual potranca purasangre sin rival,
se desplazaba airosa por la calle,
-Perdone, mujer bonita,
que a su paso me interponga;
mas le ruego, señorita,
le ruego ande por la sombra,
porque me asalta un temor:
que el bombón de su boquita
y el de su gracia exquisita
sucumbir como velita
y derretirse con el sol.
-¡Qué lindas frases, señor!,
¿acaso es usted poeta?
-Cualquiera, por ti mi amor,
que guarde en su alma ternura;
mirando tanta hermosura,
se convierte en orador,
en poeta, en escritor.
para ensalzar tu figura.
¡Mucho gusto, poetisa!
tu silueta de portada,
o el cascabel de tu risa;
dame de ti algún indicio,
¡déjame tu dirección!,
yo pongo mi corazón,
-Te dejaré más que eso,
veo en ti sinceridad,
la cual no existe en exceso;
galante, fino y audaz:
¡me halagaste, lo confieso!,
¡un poeta de verdad,
embebido en mi embeleso!;
por tanta amabilidad,
¡te concedo mi amistad,
Jesús Núñez León
Cel. 0416 6921317
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