POEMA DEL ÚLTIMO ADIÓS
¿Cómo
llorar, si ya no quedan lágrimas?
¿Cómo
gritar, si ya no tengo voz?
La
partida inesperada del amigo,
la
tristeza en mis venas congeló.
¿Cómo
llorar, si ya no quedan lágrimas?
La
impotencia, en mis ojos, las secó.
¿Cómo
ser, de tu partir, mudo testigo?
¿Cómo
darte el abrazo del adiós?
¿Cómo
llorar, si ya no quedan lágrimas?
¿Cómo
se vive, en este mundo sin dolor?;
¿Cómo
mostrarse impasible ante lo injusto?,
¿Cómo
mirar a la muerte sin rencor?.
¿Cómo
llorar, si ya no quedan lágrimas?
¿Cómo
llevar al alma paz, sosiego?;
¿Cómo
darle a los tuyos el consuelo?,
¿Cómo
llorar, si ya no quedan lágrimas?
Se
fue el hermano, el amigo, hombre sincero,
llevando
su docencia orientadora
a
los vastos dominios de Álef Cero.
¿Cómo
no llevar en brazos tu ataúd,
si
el mío lo llevaste algunas veces?
por
tu alma, si más que otros las mereces?
¿Cómo
llorar, si ya no quedan lágrimas?
Dime,
¿cómo prosigo tu tarea?
Ya
no me alienta esa frase que acuñaste:
“la
vida sigue, hay que arriar sea como sea”.
De
tus luchas y angustias fui testigo,
tu
paso por la vida no fue en vano…
¡Cómo
duele la partida de un amigo!
¡Nos
veremos en brazos del arcano!
Jesús Núñez León
Blogs:
pentagrama-poemasdeamor.blogspot.com
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