DEUDA DE AMOR
(Poema-canción)
(Poema-canción)
Tu me enseñaste,
a disfrutar
del verde azul
y de la inmensidad del mar.
Tu me enseñaste,
que un alma enamorada es muda y ciega,
que querer en el fondo es perdonar
y es evitar los rencillas, las querellas.
Tu me enseñaste,
a ser alguien, desde el día en que te vi
y me enseñaste
que no solo el sol destella,
que las noches también pueden ser bellas,
antes de ti
no había mirado nunca las estrellas.
CORO:
Tu me enseñaste,
a escuchar con el alma una canción,
a entonarla poniendo el corazón
y a tararearla con los labios del amor.
Tu me enseñaste
a contemplar,
en cada rosa las gotas del rocío
y me enseñaste un día a mirar
cómo crece en tu pecho el amor mío.
Tu me enseñaste,
que jamás la misma agua que sale de mi río,
mojará dos veces la blancura de tu lecho;
y también le enseñaste al cuerpo mío
a dormir, cual lirón, sobre tu pecho.
Todo te lo debo a ti,
lo reconozco,
lo más bello de la vida que hoy conozco,
la ternura que has despertado en mí,
una deuda de amor puro y grandioso
que voy a honrarla con creces poco a poco.
CORO:
Mi existencia toda,
la dedicaré a recompensarte
y a elevarte al altar de gran señora;
juro que a besos
grabaré en tu piel excelsa oda
y en mi alma por siempre he de llevarte,
para tenerte conmigo a toda hora;
tu corazón es mi máximo estandarte,
dime qué más pudiera yo brindarte
y te complaceré, vida mía, sin demora,
¡es la deuda de amor que he de pagarte! (BIS)
Jesús Núñez León.
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