miércoles, 19 de septiembre de 2012

PILDORITAS DE AMOR






































PILDORITAS DE AMOR

Te quiero como Dios te trajo al mundo,
así como tú eres, sin adornos;
te quiero tanto, tanto que te juro,
¡hasta con tus defectos me conformo!

Es por ti, amor, que yo no duermo;
porque quiero evocarte bien despierto;
pido a Dios un permanente insomnio,
que me desvele dentro de tu cuerpo.

Entrégame tu amor, sin ataduras,
¡ábreme de tu cuerpo las compuertas!;
quiéreme, mi vida, sin preguntas;
que yo prometo amarte sin respuestas.

Yo vivo enloquecido por tu amor,
esa locura la he descubierto recién;
porque a veces te amo mucho, mucho
¡y las otras veces, te juro que también!

Quiero contigo estar sin invadirte,
brindarte mi querer y enamorarme,
amarte y que te sientas libre, libre,
¡abrázame pues, amor, sin asfixiarme!

Camina firmemente por la vida,
si te caes yo te levanto, soy tu amigo;
si no pudiera hacerlo, no lo dudes,
¡en el suelo me acostaría contigo!

Si no es amor, dime, ¿qué es esto?
¡Mi corazón sólo se alumbra con tu luz!
¡La musa que engendra mis afectos!
¡Mi poema más bello lo eres tú!

El insomnio es hoy mi gran amigo,
¡nunca, nunca dejo de pensar en ti!;
porque quiero dormir, amor, contigo
¡es por eso que no puedo dormir!

Prefiero gritarle a todos que te amo,
que te quiero, aunque no me quieras ver;
que asfixiarme con las frases que no diga
¡y que me ahogue el amor que no expresé!

En la vida no temas caminar,
quien camina valora si se arraiga;
conoce más del mundo el que camina,
¡caminar vale la pena, aunque te caigas!

Es tan grande, amor, mi persistencia,
que si buscara lo que me hace feliz,
lo que llena de dicha mi existencia,
no tendrías salvación: ¡iría por ti!

Para que el corazón jamás te rompan,
enmascáralo y escóndelo muy bien;
porque en la ópera bufa de la vida,
¡a menudo hay que saber fingir también!

Mi vida, yo te pido sólo amor,
¡un amor inmenso, un amor loco!;
mi corazón se que es grande, grande, grande
¡pero te juro que se llena con muy poco!

Hoy es el tiempo perfecto para amarnos,
¡da rienda suelta a la fiesta de tus ganas!
celebremos del amor la primavera,
¡por favor, no esperemos a mañana!

Si me das un beso, amor, dame el primero;
  ¡mi corazón brincará, feliz, cual potro!;
  te pido ese, porque es el más difícil;
y, no lo dudes, ¡después vendrán los otros!

Por favor, mi adorada, di que sí,
¡no esperes que otra vez yo te lo pida!
si me dices que no, te lo aseguro,
¡te arrepentirás toda la vida!

Quiéreme mucho más, así me mates,
como se aman las cigarras que se quieren:
¡felices de morir por sus amantes!,
¡los amores que matan nunca mueren!

Quiero decir tu nombre letra a letra
y repetirlo por siempre en mi camino;
porque deletrear tu  amado nombre
es escribir en el aire mi destino.

No sé si este secreto guardaré hasta el fin,
a veces el corazón se cansa de callar,
de aparentar indiferencia y de fingir
lo que en realidad se muere por gritar.

Ingrimo y solo estoy, pobre, deshecho,
cual farol que poco alumbra, casi muerto;
en la noche del amor insatisfecho,
en el oscuro camino de lo incierto.

A mi lado volverás, tarde o temprano;
estar juntito a mí es tu destino,
si me matas de amor, te espero ufano:
¡al lugar del crimen regresa el asesino!

Si este amor se sembró en tu corazón
y de alegrar tu vida nunca cesa,
¿ por qué intentar luchar contra ese amor?,
¡jamás lo sacarás de tu cabeza!

Si constato que este amor es imposible;
¡y encerrado hay que tenerlo en nuestros pechos!
Me sentiré como un zapato izquierdo,
¡enamorado de tu pie derecho!

Me robaste, al conocerte, una sonrisa
y me dejaste sembrada una ilusión;
termina, de una vez, sin cortapisas,
¡de robarme por completo el corazón!

Quiéreme usando sólo la cabeza
y finge, si quieres, desamor, mujer;
te conozco, es así como te expresas
cuando, acorralada, ya no sabes qué hacer.

No lo pidas, que jamás me callaré:
aunque mis frases de amor fueran exceso,
una y otra y otra vez te las diré
¡mi boca taparás sólo con besos!

Ámame así, con pasión y con ternura,
aunque crean que estás loca de atar;
porque amar como tu amas, con locura,
¡es la única cuerda manera de amar!

                       Jesús Núñez León.
















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