JUGANDO
Comenzamos nuestro amor casi jugando,
caminaba y tropezamos, como un juego;
al bailar nos besamos, jugueteando,
y en mi alma desde entonces yo te llevo.
Fue jugando que una vez nos acostamos
y, como niños, comenzamos a jugar;
y jugando al amor nos enredamos
sobre aquella verde alfombra, al retozar.
Y jugando llegamos al altar
y en Dios, nuestro Señor, nos cobijamos;
ante Él juré que siempre te iba a amar
y en señal de respeto nos postramos.
Y el fruto de aquel juego es este hijo,
que la dicha a nuestra unión vino a brindar;
disfrutemos de este amor que Dios bendijo,
¡los tres, felices, jugando en nuestro hogar!
Jesús Núñez León.
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