HERMANOS SOMOS
No se debe hablar, lo digo y no es mentira,
con la boca de comida rebosante;
y menos con el alma llena de ira,
ni con la testa vacía, cual rumiante.
No se debe discutir colmado de odio,
por más que ser ecuánime se quiera,
suscitarse podrían episodios
que en sano juicio nadie se atreviera.
Es la lengua del cuerpo cruel castigo
y debemos aprender a refrenarla,
para así cosechar miles de amigos
y honrar la vida en lugar de condenarla.
Debemos ser misioneros de la paz
y repudiar cualquier acto rapaz
que pretenda vulnerar al ser humano.
Cristo dijo en sus proclamas, además,
que no hay que dañar al prójimo jamás,
¡Dios nos creó a su imagen, como hermanos!
Jesús Núñez León.
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