LA LOCA DE ISNOTÚ
Te conocí en las calles de Isnotú,
mujer bella, locuaz e independiente;
en defenderse, nadie mejor que tú,
por eso loca te decía la gente.
A ti que no temías ni a Belcebú,
te envío un homenaje hoy en mis versos;
ojalá que de orates como tú,
se poblara sin cesar el universo.
Me diste lo que nadie me había dado,
paz, sosiego, amor, tranquilidad;
de tu cuerpo, de pasión me hube colmado,
¡y te la devolví, hasta la saciedad!
Loca te llamaban, ¡qué oral hemorragia!,
pero a mí me deslumbraste en un segundo;
sin tu locura, perdido habrías la magia,
que te hacía como única en el mundo.
No te importó la gente vanidosa,
¡a los torpes les molesta el resplandor!;
aunque muchos te tomaban por odiosa,
tu lograste que creyera en el amor.
Me fui de ti, el mundo me esperaba,
mas no se irá el que está abrazado a tu alma;
serás siempre mi maniática adorada,
¡tu recuerdo me trae mesura y calma!
Serás siempre para mí una obra de arte,
aunque el mundo no te dio tu real valía;
una pieza como tú es un estandarte,
¡la Gioconda que es mía todavía!
Y aún me recriminan hoy en día,
¡prendado de una loca como aquella!;
en la vida no cualquiera es compañía,
¡no he encontrado una mujer mejor que ella!
Jesús Núñez León.
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