AMO.
AMO
Amo, los hermosos cascabeles de tu risa,
el viento arrullador de tu embeleso,
el radiante amanecer de tu sonrisa
y el torrente arrollador que son tus besos.
Amo, el sol abrasador de tu mirada,
el musicalísimo acento de tu voz,
el vaivén de tu cadera enamorada
y la magia conque el cielo te dotó.
Amo, el abanico encantador de tus pestañas,
el divino incursionar por tus veredas,
la seriedad conque a veces me regañas
y el gracioso tic nervioso que te queda.
Amo, tu lucha entre los brazos de Morfeo,
el fruncir más que exquisito de tu ceño,
tu incontenible saciar de mis deseos
y el increíble placer de ser tu dueño.
Amo, de la intensa pasión, nuestra experticia;
la bonita canción de tus murmullos,
la magia del calor de tus caricias
y la imponente erección de tus capullos.
Amo, el borbollón que se presiente,
cuando emites tus sonoras carcajadas;
y el sensual castañeteo de tus dientes,
cuando quieres por mí ser penetrada.
Amo, el camino incitador de tu cintura,
tus palabras excitantes y tan tiernas;
y aquello que me lleva a la locura:
¡el intrépido accionar de tu entrepierna!
Amo, el delicioso temblor de tus columnas,
tu frenesí, tu ardor y tus espasmos;
los arrebatos de pasión cuando me tumbas
¡y los gritos precursores de tu orgasmo!
Jesús Núñez León.
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