LA BELDAD DE PORCELANA.
Es en mi existencia un ser de luz,
que ilumina nuestras almas cual candil;
generándome ilusiones, más de mil.
como María cuando dio a luz a Jesús.
Núbil fuente de virginal belleza,
una perla salida de ultramar;
quien te mire no duda en afirmar
virgen eres, de sin igual pureza.
Es tu cuerpo capullo de alhelí
y ufano te comparo a las estrellas;
y sé cuál es de todas la más bella:
tú, el lucero que me ha tocado a mí.
Y rozo con temor tu piel lozana,
con mis labios quemantes como brasas;
y el miedo de dañarte me atenaza,
¡mi angelical beldad de porcelana!
Jesús Núñez León
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