TE LO PIDO, SEÑOR
Te pido, de rodillas, mi amadísimo Señor,
que el dolor ajeno no me sea indiferente;
que desde tu inmensidad me brindes el amor,
que permita apaciguar las angustias de mi gente.
No quiero tener jamás el corazón umbrío,
contágiame la misericordia de María;
no te pido riquezas, ni bienes Señor mío;
yo me conformo con nuestro pan de cada día.
Permite que con tu poder omnipotente,
llevar pueda protección al inocente,
brindar consuelo al que sufre en su dolor
y que al prójimo pueda tratar amablemente.
Que el caído encuentre en mí una mano amiga,
que lo ayude del fango a levantarse;
que el pecado entrar en mí no lo consiga
¡y que en la muerte me des la absolución!
Jesús Núñez León.
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