TU RETRATO
Quién pudiera robarle los colores
a la aurora, al mar y al crepúsculo;
y poner en mi paleta esos fulgores,
para recrearte en un lienzo mayúsculo.
Plasmaría en las mejillas arreboles,
semejando a los que tiñen tu piel bella;
y en los ojos le pondría sendos soles,
que opacarían la luz de las estrellas.
La oscura noche que antecede al alba,
sustituiría a tu pelo de carbón;
y los tonos rojos de la tarde en calma,
como tus labios, formarían un corazón.
Para los dientes, le arrancaría al mar
las perlas que a tu risa la embellecen;
y feliz me acostaría a contemplar,
¡el retrato que tu alma se merece!
Jesús Núñez León
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