TINTA ACABADA
Con la pluma de mis ganas escribía,
sobre la hoja de tu piel desnuda;
que afanosa tu ardor me transmitía,
como musa que a mi verbo daba ayuda.
Tocaste el cielo, cuando este loco aeda,
en tus pechos sus letras estampaba;
tus gemidos, suavecitos como seda,
¡los efluvios del amor que mi alma ansiaba!
Me permitiste mirar de nuevo el sol
de la pasión, que en mis estrofas ocultaba;
me achicharraste sin piedad el corazón,
con el calor que tu cuerpo me insuflaba.
Los latidos de tu ser los percibía
y para mi inspiración eran diademas,
que me ofrendabas por las frases que ponía
allí en tu alma, escribiendo mi poema.
Fueron los versos más dulces que escribí,
mis palabras de ternura las llenaste;
fue una oda que compuse para ti
¡y la tinta de mi pluma la acabaste!
Jesús Núñez León.
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