TU MELODÍA
Besé tus labios y sentí un escalofrío,
que recorrió todo mi cuerpo intensamente;
desde allí vives en el pensamiento mío,
y en mi cielo cual lucero refulgente.
Los efluvios de mi amor acaparaste,
para mi estufa encontré que eras el fuego;
a mi azaroso existir lo transformaste
y te tornaste en lazarillo de este ciego.
Eres el sol que a mi vida le faltaba,
lo tengo todo, pues todo tú lo tienes;
y el infierno se desata en mi almohada,
cuando anuncias que a mi alcoba ya no vienes.
A este aciago vivir no me acostumbro,
te deseo aquí en mi cama noche y día;
mi futuro, sin tu amor no lo vislumbro,
¡necesito oír sonar tu melodía!
Jesús Núñez León.