MASOQUISTA
Aún te quiero y me duele el corazón,
cada vez, que terco te recuerdo;
me enseñaste a beber de tu pasión,
¡vivo ahora sediento y poco cuerdo!
Para siempre me queda este dolor,
de que me amaras sin saber amar;
mis poemas expresan ese amor
y te reto a que me leas sin llorar.
Marido fiel a mi flamante esposa,
nunca aprendí a emular a un coliflor;
tonto adicto a las mieles de tu rosa,
¡no fue bueno aferrarme a su sabor!
Atado estoy al yugo de tu conquista,
te lo confieso; nada me reconforta;
¿que todos quieran llamarme masoquista?
¡Que lo hagan, de verdad que no me importa!
Jesús Núñez León.
No hay comentarios:
Publicar un comentario