TU MUJER
Es tu mujer gema preciosa por labrar
y eres tú el orfebre que Dios quiso,
esmérate en su brillo resaltar
y darle aquí en la Tierra el paraíso.
Raudo llévala al altar de tus querencias,
que de su ser jamás brote el dolor;
recuerda de la dicha ella es la esencia,
que sus ojos sólo lloren por amor.
Avívale con mimos su existencia
y verás siempre su alegría florecer;
si está ansiosa, no le niegues tu presencia,
¡el abono que la hará reverdecer!
Siembra en su vientre el germen de tu afecto,
ella merece esa ofrenda más que nadie;
afánate por ser hombre perfecto,
para que su alma eterna luz irradie.
Garantizo que no te defraudará,
te devolverá con creces lo invertido;
tu señora esplendorosa ella será
¡y tú, el más feliz de los maridos!
Jesús Núñez León.
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