martes, 4 de julio de 2023

TERROR EN EL CEMENTERIO.







TERROR EN EL CEMENTERIO

              (Poema jocoso)


Hace añacatales, en la aldea de Porlamar,

cuando la gente descansaba ya en sus catres,

un par de ladronzuelos decidieron descargar

una mata ajena cargada de aguacates.


Como el saco de frutos pesaba demasiado,

sigilosamente y a la sombra del misterio,

buscando el sitio más oculto y adecuado,

se encaminaron al cercano cementerio.


Pero al entrar al camposanto se cayeron,

dos suculentos aguacates del alijo;

y cuando uno se disponía a recogerlos,

que mejor lo hicieran después, el otro dijo.


En aquel sombrío lugar se oía desde lejos,

a los pillos contando y dividiéndose el botín;

un beodo los oyó y se le metió en el entresijo,

que era el diablo que apartaba a los del infierno al fin.


Y despavorido salió a buscar al cura,

que en la parroquia plácidamente descansaba;

con detalles le urgió a que fuera con premura,

para evitar que Satán los muertos se llevara.


Terminaban ya de contar los aguacates

y uno indagó si recogerían los de afuera;

y respondió el otro ladrón: -claro, mi cuate,

uno te llevas tú y al otro me lo dejas.


Y al escuchar lo que a los dos los señalaba,

fue de concurso la carrera que pegaban

los pobres seres, de terror el alma llena.


Y en el silencio de la noche se escuchaba,

que el gordo sacerdote al borracho le gritaba:

¡carajo, suéltame la sotana, que me frenas!


                      Jesús Núñez León.



























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