DESAPENDÉJATE, MUJER.

DESAPENDÉJATE, MUJER

Cuida tu cuerpo, él es sin igual regalo,

que Dios te ha proporcionado, ¡enhorabuena!,

ufánate de su esplendor, no es nada malo,

solo es un modo de ofrendar del alma buena.

Vive, te aconsejo, aferrada al optimismo;

nunca desaires al que te extiende la mano,

entrar no dejes a tu vida el pesimismo,

es el suicidio una derrota de antemano.

Por un misógino no te dejes pisotear,

la dignidad que el Señor te dio es preciado don;

pecado es que las mujeres se dejen humillar,

tienen ellas iguales derechos que el varón.

Que un fortachón jamás y nunca te intimide,

con pericia se derrota a los malvados;

el éxito, actuando con sapiencia se consigue;

la astucia a la fuerza siempre ha superado.

Eres dama y debes de ello ser consciente,

con la frente en alto ni el viento te despeina;

graba en tu mente estas palabras para siempre,

eres de la creación, la indiscutida reina.

La vida es bella, como tú, y no debes dudarlo;

del pasado, para qué recordar lo pesaroso;

el presente está a tu alcance, anda a disfrutarlo

y encontrarás un futuro esplendoroso.

Aléjate, pues, del conflicto y de las penas;

a la existencia tranquila y sana entrégate.

para los corazones, la angustia es cruel condena;

¡desapendéjate, mujer, desapendéjate!

                 Jesús Núñez León.