domingo, 20 de febrero de 2011

PARA TI, MAESTRO





















PARA TI, MAESTRO
(Versión Original)

Es para ti, maestro, caro amigo;
adalid de incontables experiencias;
universo de bondad, seguro abrigo;
y, eximio, alquimista de conciencias.

Es para ti, viejo maestro jubilado,
soberbio paladín de nuestra infancia;
que ya de tanto arar estás cansado,
en el estéril mar de la ignorancia.

CORO:
Contigo quiero hablar, anciano roble,
-lo de anciano es por cariño, no una ofensa-
tu vida diste, a una causa, la más noble,
enseñar sin esperar más recompensa.

Para ti, sabio y longevo preceptor;
que galardones nunca vieron tus desvelos,
justicia pido y espero que el Señor
te tenga una medalla allá en el cielo.


Y a ti, nuevo maestro que transitas,
por los esquivos senderos del saber;
jamás olvides, que Dios no lo permita,
que el maestro norte y guía debe ser.

Continua, en tu labor, siendo muy diestro;
y procura, a cada instante, ser mejor;
para decir, con hondo orgullo, ¡soy maestro!;
aunque hayas alcanzado a ser doctor.

                        CORO

No es sólo maestro el que un título ha obtenido,
al que es diestro en un oficio, lo respaldo;
y el que enseña, generoso, lo aprendido
¡también ese es maestro y yo lo aplaudo!

Venerad al maestro y dadle aliento,
que, sin él, no es posible educación;
y, es un pueblo ignorante, el instrumento;
dijo Bolívar, de su propia destrucción.

                         CORO


Y retened por siempre en la memoria,
para que halléis sentido al quehacer nuestro:
¡los más grandes forjadores de la Historia,
siempre fueron de la mano de un maestro!

Y a los que denigran de esta profesión,
la más digna que jamás habíase visto,
les diré que es ser maestro abnegación
¡y que maestro también fue Jesucristo!

(Se repite la última estrofa)

                

                            Jesús Núñez León


PARA TI, MAESTRO
(Versión Para Cantar)

Es para ti, maestro, caro amigo;
adalid de incontables experiencias;
universo de bondad, seguro abrigo;
y, eximio, alquimista de conciencias.

Es para ti, viejo maestro jubilado,
soberbio paladín de nuestra infancia;
que ya de tanto arar estás cansado,
en el estéril mar de la ignorancia.

CORO:
Contigo quiero hablar, anciano roble,
-lo de anciano es por cariño, no una ofensa-
tu vida diste, a una causa, la más noble,
enseñar sin esperar más recompensa.
Para ti, sabio y longevo preceptor;
que galardones nunca vieron tus desvelos,
justicia pido y espero que el Señor
te tenga una medalla allá en el cielo.


Y a ti, nuevo maestro que transitas,
por los esquivos senderos del saber;
jamás olvides, que Dios no lo permita,
que el maestro norte y guía debe ser.

Continua, en tu labor, siendo muy diestro;
y procura, a cada instante, ser mejor;
para decir, con hondo orgullo, ¡soy maestro!;
aunque hayas alcanzado a ser doctor.

                        CORO

Tutor no es solo el que un título ha obtenido,
al que es diestro en un oficio, lo respaldo;
y el que enseña, generoso, lo aprendido
¡también ese es maestro y yo lo aplaudo!

Venerad al maestro y dadle aliento,
que, sin él, no es posible educación;
y, es un pueblo ignorante, el instrumento;
dijo Bolívar, de su propia destrucción.

                         CORO


Conservemos por siempre en la memoria,
para que hallemos sentido al quehacer nuestro:
¡los más grandes forjadores de la Historia,
siempre fueron de la mano de un maestro!

Y a los que denigran de esta profesión,
la más digna que nunca se había visto,
les diré que es ser maestro abnegación
¡y que maestro también fue Jesucristo!

(Se repite la última estrofa)

                

                            Jesús Núñez León















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