martes, 5 de abril de 2022

TIMONEÁNDOTE









TIMONEÁNDOTE


Jamás hube navegado en un velero,

tan sensual, tan ardiente y tan erótico;

al vaivén de sus olas fui un remero

y el efluvio de su mar fue mi narcótico.


En la playa de su cuerpo me tendí,

a disfrutar con fruición de sus crustáceos;

y en su proa velozmente me subí

y encallé en su arena muy despacio.


Un océano encrespado hábil surqué

y en su popa diestramente me incrusté;

¡fue de mi alma de marino el estandarte!


Y, desde entonces, de mi mente no saqué

las delicias marineras que probé,

¡ni las ansias de volver a timonearte!


                     Jesús Núñez León.












































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