viernes, 26 de noviembre de 2010

NUESTRA PRIMERA VEZ



NUESTRA PRIMERA VEZ


Con esa timidez
tan tuya,
que tiñe de rubor
tu palidez;

me entregaste tu amor,
ayer,
dejaste de ser niña,
pasaste a ser mujer.

Tratando de cubrir,
desnuda,
tu bello cuerpo vi,
sin ver;

y, enseguida llegamos,
¡locura!,
donde nace el placer.

Tu virginal pureza,
mi cuerpo se llevó;
tus lágrimas salieron,
mezcladas con tu amor.

CORO:
Los ruidos nocturnales,
cesaron;
los grillos, admirados,
callaron;

sangre, lágrimas, sudor
la tierra recogió;
suspiros y caricias,
la noche se llevó.


La luna, refulgente,
como nunca alumbró;
testigo irreverente
de lo que sucedió.

CORO:
Los ruidos nocturnales,
cesaron;
los grillos, admirados,
callaron;
sangre, lágrimas, sudor
la tierra recogió;

suspiros y caricias,
la noche se llevó.

Sin poder contenerte,
a la luna,
gritaste a plena voz:

celosa, celosa,
estas envidiosa
de cómo amo yo.

Y, al momento,
una nube discreta,
con su manto,
a la luna tapó.

Tu virginal pureza,

mi cuerpo se llevó;
tus lágrimas salieron
mezcladas con tu amor.

CORO:
Los ruidos nocturnales,
cesaron;
los grillos, admirados,
callaron;
sangre, lágrimas, sudor
la tierra recogió;
suspiros y caricias,
la noche se llevó


       Jesús Núñez León

















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