INSACIABLE FRENESÍ
Nuestro encuentro carnal lo recuerdo claramente,
cual experto cerrajero hurgué en tu cerradura;
te transformó mi calentura en fiera ardiente
y me empujaste a bordear casi la locura.
Con frenética pasión a tu cama me arrastraste,
de galanteos no hubo ocasión, ni de finuras;
tu indumentaria hacia un lado la lanzaste
y me arengaste a insertarte con premura.
Cabalgata vivaz, apoteósica y violenta;
tu inusual ay, ay, ay el silencio taladraba;
al unísono arribamos en cópula perfecta,
mientras afuera unos ladridos se escuchaban.
Volvió la calma a nuestros cuerpos agotados,
sobre mi pecho tu cabeza descansaba;
calmos instantes precursores de un tornado,
¡tu insaciable frenesí, otra vez se despertaba!
Jesús Núñez León.
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