Por los lados de mi pueblo
hubo un León sanguinario,
que no respetaba a nadie
ni a nada en el vecindario.
Los hombres todos temían
enfrentarse con la fiera
que a las damas prefería
que a las damas prefería
¡pura carne de ternera!.
Casadas o señoritas,
o viudas o divorciadas;
predilección no tenía,
a todas las devoraba.
Por diez años fue el terror
de aquellas vastas regiones;
y me cuentan que dejó
descendientes por montones.
Y una mañana llegó
pálido y desencajado;
y el médico lo atendió,
CORO:
Y una mañana llegó
pálido y desencajado;
y el médico lo atendió,
¡al León lo habían capado!
INTERLUDIO
Dicen que fue una muchacha,
que aquel galán dejó herida;
y por celos, en venganza,
y no sólo lo capó,
sino, también le montó,
al hombre una brujería.
Por ahí anda, ahora, el León
y a las mujeres ni mira;
que parece gelatina;
usa color en los labios
y rubor en las mejillas;
sobre los hombros un manto,
un turbante lo afemina;
las novelas le dan llanto,
agachado ahora él orina;
prefiere tacones altos,
barba y piernas se depila;
y sea indio, negro o blanco,
INTERLUDIO
Y una mañana llegó
pálido y desencajado;
y el médico lo atendió,
¡al León lo habían capado!
Dicen que fue una muchacha,
que aquel galán dejó herida;
y por celos, en venganza,
y no sólo lo capó,
sino, también le montó,
al hombre una brujería.
CORO:
Por ahí anda, ahora, el León
y a las mujeres ni mira;
mueve las caderas tanto,
que parece gelatina;
usa color en los labios
y rubor en las mejillas;
sobre los hombros un manto,
un turbante lo afemina;
las novelas le dan llanto,
agachado ahora él orina;
prefiere tacones altos,
barba y piernas se depila;
y sea indio, negro o blanco,
No hay comentarios:
Publicar un comentario