Encarnas tú, del mundo la esperanza;
sin ti, la evolución es imposible;
oidme, por favor, el mal avanza;
ya casi detenerlo no es posible.
CORO:
mil peligros te acechan, lo presiento;
ayudarte a encontrar, quiero, el camino;
recibid estas frases como aliento.
Juventud, enaltece con tu ejemplo,
el divino tesoro de Darío;
radiante amanecer, dadlo por cierto,
cesará la oscuridad en tu desvarío.
Cultivad la amistad, no importa cuánto;
al mundo convenced, de que hay que amarse;
y, abolid las fronteras que hace tanto,
ha impedido a los humanos abrazarse.
Miraos, unos a otros a los ojos;
y sentid, la corriente del cariño;
y nunca avergonzaros del sonrojo,
que él refleja la inocencia de los niños.
Si os llega una ilusión, bien recibida;
dedicaos al amor, de cuerpo entero;
fortunas amasar, sólo supieron.
CORO
Del chisme, portadores nunca seais;
de la verdad, defensores siempre sed;
y al que sufre, hacedle ver que siempre hay,
Del trabajo honrado, nunca denigreis;
y, que el ocio no estimule le inquietud,
de permitir que lo recto rechaceis;
¡son enemigos, el ocio y la virtud!
a transitar por esta vida de asechanzas;
aprended del dolor, enhorabuena;
y desconfiad del elogio y la alabanza.
CORO
Es la lengua, del cuerpo su castigo;
pero el que calla, también es pecador;
pues quien calla, otorga y no ha aprendido;
que no opinar, es también una opinión.
Y a mi propio hijo, por último, le digo;
como dijo Rudyard Kippling, el poeta;
si aprendieras a ser como aquí pido,
serías hombre, hijo mío, ¡esa es la meta!
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