Quién pudiera apresar, por un momento,
al olvido y traerlo a mi presencia;
y que pudiera llevarse este tormento,
que me quita, poco a poco, la existencia.
Quién pudiera obligar al astro rey,
a concentrar sus rayos sobre mí;
y que pudiera achicharrar este querer
y convertirlo en cenizas para ti.
Quién pudiera a la luna convencer,
y tener una esperanza que ofrecer,
a mi alma que, de amor, se encuentra herida.
Quién pudiera volver a ser el hombre
sin conflictos, alegre, extrovertido;
si pudiera volver a ver mi nombre,
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