viernes, 14 de enero de 2011

PRISIONERO





























PRISIONERO

Prisionero soy, mujer, de lo que siento;
reo y culpable de aspirar tu amor;
soy convicto y confeso del dolor,
de tenerme secuestrado el pensamiento.

De tu encanto, sin igual, vivo cautivo;
del vaivén de tus caderas, preso estoy;
de lo intenso de tu amor, recluso soy,
apresado en la red de tus suspiros.

Encadenado a tu recuerdo, sólo pido,
que en la cárcel de tu vientre pueda entrar
y recluirme en las mazmorras del amar,
¡presidiario del retén de tus sentidos!

Si me hubieses retenido en tus volcanes,
detenido en tu Alcatraz, aún viviría;
o, en tu Guantánamo mis ganas colmaría,
en perpetua cadena mis afanes.

Si recluso de ti, algún día fuera,
la plena libertad querría lograr;
para en tu cárcel, de nuevo, penetrar;
y que el castigo, de tu ardor, yo recibiera.

De por vida confinado a tus abrazos,
no quisiera terminar mi cautiverio;
y rechazo de una vez, lo digo en serio,
el indulto que me arranque de tus brazos.

Si pudiera llegar pronto el momento,
de que hicieras, en mi celda, la locura
de iniciar, con tus labios, mi tortura;
¡de comenzar, con tus besos, mi tormento!.

Si tu amor bien juzgare mi entusiasmo,
que a tu cuerpo, para siempre, me encadene;
que, severo, me castigue y me condene,
¡a provocar, por siempre, tus orgasmos!.


                                 Jesús Núñez León


















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