Me cautivó, totalmente, te lo admito,
tu voz de ondulaciones asombrosas;
impregnada de acentos exquisitos,
de cadencias profundas, misteriosas.
Melodiosa, sensual y muy melosa;
implorante, sedosa y cantarina;
acariciante, cual pétalo de rosa;
arco iris, de mágica sordina.
La sonata preciosa de tu voz,
el efluvio sonoro del candor;
el murmullo sensual de una guitarra.
La armoniosa resonancia de tu voz,
es sonido de violines en el alma;
el arpegio divino que se oyó,
cuando Dios, después del mundo, hizo la calma.
Cuando escucho los susurros, los suspiros,
que brotan de tu voz apasionada;
me imagino que serán dulces gemidos,
que provienen de un alma enamorada.
Tu voz, en mis sueños recreada,
estremece mis fibras más dormidas;
y, se incrusta en mi inconsciente como daga,
hermosísima, romántica, atrevida…
Y constato, con asombro, hoy al mirarte;
que posees atributos tanto, tanto;
que esa voz de terciopelo sólo es parte,
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