la que el hombre a comprender nunca ha llegado,
el ser sobre la tierra más amado
y el más tierno y delicado, eres mujer.
La que al humano varón, torna dichoso;
o lo hunde por completo en un abismo,
Aquella que es tan dulce como miel,
que empalaga de dulzura a quien la quiera;
pero, ¡ay!, para aquel necio que la hiera,
sabrá ser más amarga que la hiel.
Aquella que antepone el sentimiento,
que puede darle al hombre su pasión
que puede darle al hombre su pasión
y al hijo regalarle el corazón;
y, de ambos, ser esclava al mismo tiempo.
Aquella que es sensata o voluptuosa,
que podría ser fiel a un solo amante;
o, también, ser casquivana e inconstante;
pero, sensible como un pétalo de rosa.
Mas, a pesar, mujer, de tus caprichos,
si me hicieras conocer el paraíso,
sucumbiría, gustoso, a tus hechizos
y volvería a hacer lo que Adán hizo,
¡volvería a morder de tu manzana!.
Jesús Núñez León
Jesús Núñez León
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