(Guaracha, en voz de mujer)
Ya, dio comienzo a la fiesta
y yo no tengo un parejo.
Ya, todos están bailando
y el único mirando
es un señor muy viejo.
Ya, yo comienzo a aburrirme;
la fiesta no me gusta,
yo lo que quiero es irme.
De pronto, yo siento que me mira,
el viejo me hace señas,
le gusta esta trigueña.
-¡Miren al viejito, pues!
Ya, sonriendo se me acerca;
y, yo estática me quedo.
Ya, me invita a que bailemos
y viéndolo de cerca,
no parece tan viejo.
-¡No señor…!
Ya, me pega a su cintura;
y, yo siento que me muero.
Ya, me da la calambrina,
que fiesta tan divina,
no quiero otro parejo…
¡Qué viejito, señores, qué viejito!
Ya, sus manos me acarician;
ya, yo lo noto goloso;
ya, me aprieta las rodillas
y siento unas cosquillas,
¡qué viejo tan sabroso!
-¡Sigue así, mi viejito, sigue así!
Ya-ya-ya,
mi viejito,
ya-ya-ya,
suavecito,
ya-ya-ya,
despacito.
-¡Despacito, mi viejito…!
Ya-ya-ya,
mi viejito,
ya-ya-ya,
movidito,
ya-ya-ya,
rapidito.
-¡Rapidito, mi viejito…!
¡Asíííííííí…!
Ya-ya-ya,
ya-ya-ya,
ya-ya-ya,
yaaaaaaaaaa, ¡ya!.
Ya, lo noto cansadito;
ya, siento raro al viejito;
y, ya noto que su cuerpo
se pone tiesesito…
Ya, fue mucha la emoción
se le paró al viejito. (Bis)
-¡Qué te pasa, mi viejito!.
¡Ay, Dios mío!
Coro 2:
Ya-ya-ya,
se le paró al viejito.
Ya-ya-ya,
el corazón, mijito.
Ya-ya-ya,
se puso rigidito.
Ya-ya-ya,
el cuerpo del viejito.
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